A veces lo sientes como un nudo en el estómago. Otras, como una presión en el pecho, una sensación constante de alerta, pensamientos que no paran o dificultad para respirar con normalidad. La ansiedad no siempre se presenta igual, pero algo que sí tiene en común es que puede llegar a desbordarte, especialmente cuando se acumulan muchas cosas a la vez.
Sentirte sobrepasado no es una debilidad. Es una señal de que tu cuerpo está intentando procesar más de lo que puede sostener. Y por eso, empezar por reconocer esa sensación —sin juzgarla, sin pelearte con ella— ya es una forma de cuidarte.
¿Por qué se activa la ansiedad?
La ansiedad no es tu enemiga. Es una respuesta natural de tu sistema nervioso frente a situaciones que percibe como amenazantes, incluso cuando racionalmente sabes que no lo son. A veces se activa porque:
- Estás bajo mucha presión o viviendo cambios importantes.
- Has acumulado estrés sin darte pausas.
- Tienes miedo al futuro o a no estar a la altura.
- Has vivido experiencias pasadas que aún resuenan en ti.
La ansiedad aparece para protegerte, pero a veces se desregula y te hace sentir como si estuvieras en peligro, incluso cuando estás en casa, en silencio o simplemente pensando.
5 cosas que puedes hacer cuando te sientes sobrepasado
No existen soluciones mágicas, pero sí pasos pequeños que puedes tomar para empezar a recuperar el equilibrio:
1. Nombra lo que estás sintiendo
Ponerle nombre a la emoción («esto que siento es ansiedad», «me estoy sintiendo desbordado») ayuda a que el cerebro empiece a calmarse. Identificar sin juzgar.
2. Regula desde el cuerpo
La ansiedad vive en el cuerpo, así que no basta con decirte que todo está bien. Prueba con respiraciones lentas y profundas, caminar un rato, estirarte o aplicar calor en el pecho o cuello.
3. Reduce el ruido mental
Si tu cabeza no para, intenta escribir lo que piensas sin filtro durante unos minutos. No se trata de resolver, sino de soltar.
4. Enfócate en una sola cosa
Cuando todo parece urgente, prioriza una sola tarea sencilla y concreta. A veces, lo más urgente es darte una pausa.
5. Busca acompañamiento si lo necesitas
No tienes que poder con todo tú solo. Hablar con alguien —ya sea un amigo o un profesional— puede ayudarte a ver opciones que ahora mismo no alcanzas a ver.
La ansiedad no define quién eres
No eres débil por sentir ansiedad. No eres menos capaz. No estás solo.
Cada proceso es distinto, pero todos pueden empezar con un gesto pequeño: escuchar lo que sientes sin juzgarte.
Si estás en ese punto donde ya no sabes por dónde empezar, recuerda que pedir ayuda también es avanzar. Y si sientes que te puedo acompañar en ese camino, estaré encantada de hacerlo.